La isla de colores | | |
Había una vez una isla sin colores. Todo era gris, negro y blanco. Sus habitantes estaban siempre muy tristes y aburridos. En la isla tampoco había niños.
Un día como cualquier otro, la mujer más viejita del poblado reunió a todos sus habitantes y, con la sabiduría que dan los años, les dijo que había que pintar la isla de todos los colores, para que los niños viniesen a la isla y esta se llenara de risas y cantos.
Es así que llamaron a un experto en colores, al señor Arcoiris. Para eso tuvieron que reunir a la lluvia con el sol. El señor Arcoiris hizo su colorida aparición y ayudó a la gente del pueblo a colorear la isla.
Así fue que florecieron flores multicolor, los árboles eran verdes de todas las tonalidades, las mariposas y pajaritos de la isla revoloteaban por toda la isla y pintaban de color todo lo que tocaban: azul, naranja, rojo, amarillo, lila y un sinfín de otros colores.
Un día como cualquier otro, la mujer más viejita del poblado reunió a todos sus habitantes y, con la sabiduría que dan los años, les dijo que había que pintar la isla de todos los colores, para que los niños viniesen a la isla y esta se llenara de risas y cantos.
Es así que llamaron a un experto en colores, al señor Arcoiris. Para eso tuvieron que reunir a la lluvia con el sol. El señor Arcoiris hizo su colorida aparición y ayudó a la gente del pueblo a colorear la isla.
Así fue que florecieron flores multicolor, los árboles eran verdes de todas las tonalidades, las mariposas y pajaritos de la isla revoloteaban por toda la isla y pintaban de color todo lo que tocaban: azul, naranja, rojo, amarillo, lila y un sinfín de otros colores.
Y así fue que toda la isla se llenó de niños que reían y cantaban y su pueblo fue muy, muy feliz.